Muchos años antes de que los franceses orquestaran su famosa Revolución Francesa de 1789, haciendo rodar cabezas aristócratas para instaurar una república, Inglaterra hizo lo suyo a través de un golpe de estado liderado por Olivier Cromwell en 1649.
Quizá su lugar en la historia sea menor debido a su origen y destino, pero el llamado Commonwealth (mancomunidad) fue una breve república anterior a la francesa.
Recordemos, para situarnos en el contexto histórico, que Europa durante esta etapa de la Edad Moderna se encontraba mayormente gobernada por la autoridad de las aristocracias y los monarcas absolutos, con el caso de algunas excepciones. Si bien ya existían órganos políticos que incluían cierta participación de otras clases sociales, su esfera de poder era muy reducida.
La ejecución de Carlos I (Mercurius Politicus)
1642 marca el inicio de una verdadera guerra civil en Inglaterra. Si algo reinaba la isla, era el caos. Diversos conflictos habían llevado a un estado general de confusión, entre los cuales el principal era el choque dé poderes entre la Corona y el Parlamento. Pero también existían otros, el tumulto religioso, y la lucha entre las nuevas clases sociales y los más tradicionales.
En medio de las batallas entre las tropas parlamentarias y los hombres del rey, comenzó a destacarse un puritano rebelde llamado Oliver Cromwell, al comando de sus “hombres de hierro” (ironsides). En 1645, Cromwell obtuvo una aplastante victoria contra el ejército real. El rey, Carlos I, hubo de refugiarse en Escocia. Desde allí, intentaría retomar el poder de su reino, que ahora controlaba con facilidad el ejército del Parlamento.
Pero poco después fue este ejército parlamentario que ordenó la pena de muerte para el rey, condenado como “tirano, traidor, asesino, y enemigo del Estado”. La ejecución de Carlos I tuvo lugar el 9 de febrero de 1649, y tras su muerte el Parlamento abolió la monarquía y suprimió la Cámara de los Lores, principal órgano político de la aristocracia.
El nuevo régimen, que tomó el nombre de república (Commonwealth), envió a Olivier Cromwell a concretar el dominio inglés por sobre Irlanda y Escocia. Victorioso, en 1653, una Constitución nombró a Cromwell con el título de Protector, que lo hacía jefe del gobierno y del ejército de Inglaterra, Escocia, e Irlanda. Bajo el protectorado, Inglaterra se alejaba cada vez más del concepto de república y se acercaba peligrosamente a una verdadera dictadura.
El lord Protector no tardó en hacer uso y abuso de su nuevo poder. A tan solo un año de su nombramiento, Cromwell abolió una sesión del Parlamento, y más tarde se hizo imponer los típicos atributos de la nobleza que acababa de derrocar: el color púrpura, cetro y armiño, y el derecho de designar a un heredero. Tras cinco años de dictadura, murió dejando a su hijo Ricardo como sucesor.
Cromwell disuelve el Parlamento, por Benjamin West
Tras la muerte de Cromwell, en 1649, se presentaba una nueva oportunidad para resucitar los ideales de república sostenidos en 1649, sin embargo la guerra civil pronto volvió a amenazar la nación. La solución que pronto encontraron los ingleses fue el regreso del rey a Londres, el hijo de Carlos I y heredero al trono, Carlos II, quien reinó desde entonces hasta su muerte en 1685.
Fuentes:
- Venard, M.: Los Comienzos del Mundo Moderno, El Mundo y su Historia, Editorial Argos, Barcelona, 1970.
- Britannia