La Perestroika, también conocida como La Revolución de las Esperanzas, se trata de una serie de medidas que llevó a cabo Mijail Gorbachov con el fin de reestructurar la Unión Soviética. Por ello, la Perestroika es uno de los momentos importantes del proceso histórico y económico de Rusia, que llegó en un momento crítico y que -como podréis leer a continuación- trajo algunas consecuencias muy graves al país con independencia de la buena intención de las reformas.
Qué fué la Perestroika
La perestroika fue un proceso de reforma basado en la reestructuración de la economía y que fue impulsado por Mijaíl Gorbachov, presidente en la Unión Soviética desde 1990 a 1991.
- Podemos decir, o resumir, que la Perestroika consistió en una serie de reformas que comenzaron a gestarse a mediados de los años 80 en Rusia con el fin de reactivar su economía, a la par que se buscaba democratizar el sistema político y económico.
- El término «perestroika» significa «reestructuración». Gorbachov quería convertir a la Unión Soviética en una nueva potencia económica y que dejara atrás la herencia Stalinista.
- El objetivo principal de esta reforma era poder sacar a la economía soviética del caos y el anquilosamiento en el que estaba sumida, introduciendo mayor libertad de empresa y dejando actuar al mercado para corregir los defectos de la planificación.
- Otro objetivo importante era la descentralización de la toma de decisiones, con el fin de poder derivar en un sistema de mercado más moderno y activo, a la par que se trataba de un intento por evitar la corrupción.
- Se llevaron a cabo campañas para reducir el alcoholismo (se consiguió en más de un 30%) y reducir el absentismo laboral.
- Las distintas regiones de la Unión tenían más autonomía local.
- Lo cierto es que, aunque las intenciones eran quizás buenas, dicha reforma hundió todavía más a la Unión Soviética, lo que derivó en la disolución de la URSS, además de afectar en los ámbitos económico, social y político.
Antes de la Perestroika
La Unión Soviética venía de estar enfrascada en la Guerra Fría. La Guerra Fría no se limitó a ser un conflicto bélico, sino que también marcó las diferencias entre el bloque capitalista, liderado por Estados Unidos, y el bloque comunista, liderado por la URSS. Durante esta época, la URSS se caracterizó por la nula apertura a occidente y la inmovilidad social y económica con el socialismo como base.
La Guerra Fría fue también una carrera armamentística y tecnológica (ejemplificada, entre otros hechos, en la carrera espacial) que hizo mucha mella en la economía soviética. Con la llegada de Mijaíl Gorbachov a la secretaría general del Partido Comunista se decidió sacar adelante reformas que cambiaran la forma de entender la economía y la sociedad soviética. Así es como surgen la Glasnost y la Perestroika. Fue lo que se dio a llamar la Revolución de las Esperanzas.
Perestroika, no solo reformas económicas
La Perestroika no solo supuso un intento de cambiar la economía soviética de forma global, sino que vino acompañada de lo que se denominó Glasnost, que significa “apertura” o “transparencia”. El Glasnost consistía en una serie de medidas que no tenían que ver con el ámbito económico, sino que se refería a los derechos y libertades del pueblo y profesionales soviéticos, que se tradujeron en mayor libertad de expresión, libertad de prensa y apertura política.
Así, durante este período, la política soviética buscó una mayor colaboración con otros países, se mejoraron las relaciones con Estados Unidos y se retiraron las tropas de Irak. La Unión Soviética comenzó a intentar abrirse a los postulados de la democracia y buscó cortar las relaciones con los regímenes socialistas de países en vías de desarrollo. Es decir, durante esta época se buscó una apertura de la URSS a occidente.
En el ámbito social se llevaron a cabo numerosas reformas relacionadas con las libertades del ciudadano, como el derecho al sufragio universal, o la libertad de prensa. También dejaron de usarse fuertes represalias contra aquellas voces contrarias a las reformas, se favoreció el diálogo y se fomentó la autocrítica dentro del gobierno.
Como era de esperar, tanto las reformas de la Perestroika como del Glasnost fueron acogidas con gran aceptación por los sectores más progresistas, pero rechazadas de plano por la facción comunista, lo cual terminaría desembocando en la reestructuración total de lo que antes conocimos como la URSS y el nacimiento de la llamada Federación Rusa, presidida por el más firme opositor a Gorbachov, Boris Yeltsin.
El «desastre» de la perestroika
Lo cierto es que las reformas aplicadas a través de la perestroika aunque con buenas intenciones acabaron bastante mal y, de hecho, el elemento más destructivo fue la Ley de Empresa que aunque pretendía hacer prosperar la economía de Rusia, se volvió en contra del país, pues anulaba todo control sobre los recursos, de modo que se redujo la inversión.
La desmembración de la URSS en pequeñas repúblicas, la creación de bancos propios y la concesión de créditos ilimitados provocaron inflación y la escasez total, el interés por el dinero llegó a ser mínimo.
La calidad de vida que se pretendía durante este proceso era que los ciudadanos tuvieran cada vez mejor nivel de vida, la idea era invertir en los habitantes y dejar de una vez por todas la inversión militar. Dicha calidad de vida nunca llegó a mejorar por culpa de factores como la falta de regularización en los sueldos o la liberación de los precios. De hecho surgió una clase de ricos cuyos ingresos no provenían del trabajo y se amplió el número de pobres. En 1993, casi una tercera parte de la población rusa tenía ingresos que no garantizaban un nivel mínimo de subsistencia.
La perestroika afectó también en lo político. Si bien Gorbachov apostó por reducir el gasto en armas, además de retirar tropas de Afganistán, así como abrirse más a los medios de comunicación y a la autocrítica.
En agosto de 1991, un fracasado golpe de estado por sectores opuestos a las reformas de Gorbachov provenientes del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) puso en evidencia que se habían desbordado las metas políticas de la Perestroika. Este hecho consumó finalmente la desintegración de la URSS, el que Gorbachov dimitiera del cargo y que llegara al poder Boris Yeltsin, abandonando el comunismo y convirtiéndose en presidente de la recién fundada Federación Rusa.
Mijail Gorbachov, el impulsor de la Perestroika
Mijail Gorbachov ha pasado a la historia como el presidente que lideró una de las reformas modernas más importante de la URSS, como Premio Nobel de la Paz y como el mandatario que estaba en el poder cuando se produjo la rotura de la otrora todopoderosa Unión Soviética.
Gobachov nació en 1931 en el seno de una humilde familia campesina. Muy pronto demostró sus inquietudes e inclinaciones políticas uniéndose al Partido Comunista de la Juventud cuando tan solo contaba con 15 años. Seis años más tarde pasaría a formar parte del Partido Comunista. Durante años ocupa cargos de creciente importancia, entre ellos el de Secretario de Agricultura, hasta que en 1979 se convierte en el Politburó (líder de un partido comunista) más joven dela URSS con 49 años.
A partir de su llegada a la secretaría general del PCUS, Gorbachov comienza a realizar una serie de reformas, que se harían más evidentes a partir del año 1985, cuando Gorbachov pone en plan su primer plan realmente serio para controlar el consumo desmedido de alcohol.
Las reformas de Gorbachov, llamadas Glasnost o Presetroika, iban encaminadas a la libertad, reconstrucción y apertura económica. Sin embargo, todos los cambios impulsados encontraron gran oposición entre la parte más conservadora de la URSS. En relación a esto, se afirma que importantes periodistas e informadores del núcleo conservador ocultaron información clave a la administración de Gorbachov, por ejemplo durante el desastre de Chernobyl, suceso durante el cual la información que llegaba al gobierno central era bloqueada, motivo por el cual los servicios oficiales no pudieron actuar con la rapidez adecuada.
En 1990, Gorbachov era premiado con el Nobel de la Paz por su fomento de las relaciones entre el este y el oeste. Sin embargo, dentro de la URSS la cosa era distinta. La Perestroika no funcionaba, los cambios no se producían a la velocidad prevista y la economía quedó sumida en el caso, provocando el empobrecimiento de más familias. La reticencia de los sectores más comunistas y conservadores fue férrea, y el resultado fue la aparición de nuevos grupos nacionalistas, lo que terminarían desembocando en un intento de Golpe de Estado en 1991.
Todo terminó para Gorbachov en la presidencia con la disolución de la URSS. Sin embargo, en los años siguientes a su dimisión, siguió muy activo en la política rusa, siendo especialmente crítico con las reformas impulsadas por su sucesor, Boris Yeltsin. Mucho más recientemente, en el año 2009, Gorbachov volvió a salir a la escena internacional tras entrevistarse con el presidente de EE.UU Barack Obama, en un intento de rebajar las tensiones en la relación entre EE.UU y Rusia.
Sin duda Gorbachov fue un animal político que intentó acerca a la URSS a occidente, pero encontró una férrea oposición, precisamente por el miedo al cambio.
Video de la Perestroika
Os dejamos con un documental sobre la caída de la URSS en el que podéis ver la importancia capital que tuvo la Perestroika ya no solo en la URSS, sino en el mapa europeo actual.