Aún recuerdo las sensaciones que me producía de pequeño oír hablar sobre Troya, sobre su epopeya, el caballo de madera, la fortaleza y el orgullo de aquellos griegos invencibles. Homero, a través de su Ilíada nos introdujo en un mundo de cuento, en una Historia que raya entre la verdad y la leyenda. Deseaba sentir aquella historia como una Aventura en mayúsculas, que además conjugaba como si de un cuento se tratara, la magia de un amor prohibido, el deseo de un joven muchacho, Paris, por una espartana Helena, esposa del rey, Menelao. Vamos a indagar y a sumergirnos en La más grande de las Epopeyas, Troya, cuál fue el motivo, cómo se produjo y qué consecuencias tendría.
Localización de Troya
Hay veces que la realidad y la ficción se pueden llegar a confundir, no saber hasta donde llega la historia y donde aparece el mito es complicado, sobre todo cuando hablamos de la Grecia Clásica, muchos relatos históricos nos han llegado de la mano de su escritores o rapsodas.
Troya o Ilión es una ciudad legendaria, pero también histórica. Situada en la costa noroeste de Turquía y parada obligada para pasar del mar Egeo al mar de Mármara, a través del estrecho de los Dardanelos. Su situación estratégica para el comercio, debió otorgar a Troya la categoría de ciudad importante.
Las rutas comerciales que pretendían pasar de Occidente a Oriente, llegaban hasta Troya donde, según la temporada de corrientes, debían esperar para cruzar con seguridad el estrecho de los Dardanelos, que comunica el mar Egeo con el mar de Mármara, cruzando el mar de Mármara, se llega hasta Estambul, ciudad que une oriente con occidente y por lo tanto punto comercial de gran importancia, tras pasar el Bósforo, llegamos al mar Negro.
Se pensó que Troya era un mito y que nunca había existido, en realidad conocemos la historia por los poemas escritos por Homero, quien describe a Troya tanto en su obra La Iliada, como en La Odisea. Se pensó que toda la historia de una ciudad llamada Troya era simplemente eso, una historia.
Siglos de olvido hasta que Heinrich Schliemann, en 1871, descubrió unas ruinas que podían coincidir con los relatos de Homero, la localización, los restos arqueológicos, la cerámica, todo parecía coincidir, se había descubierto las ruinas de la Ciudad de Troya.
Homero y La Iliada
Poco sabemos de Homero, sabemos que era un recitador de poemas que recorría los pueblos cantando sus relatos épicos. Los estudiosos no pueden atribuir a ciencia cierta, que los relatos de la Iliada o de la Odisea, fueran realmente obras escritas íntegramente por Homero.
Puede ser que Homero aprovechara relatos antiguos para escribir sus obras. Incluso hoy en día se cuestiona si Homero llegó a exisitir. La historia a día de hoy, le atribuye la autoría de las más grandes de las epopeyas del mundo clásico.
- La Iliada. Describe un episodio ocurrido en el año 10 de la Guerra de Troya
- La Odisea. Relata el viaje de vuelta a casa de Odiseo o Ulises (versión latinizada).
Las epopeyas eran poemas que se recitaban cantando y relataban las hazañas legendarias de personajes históricos, El motivo de que fueran cantadas posiblemente fuera para facilitar la comprensión del relato además de facilitar su divulgación.
De todo el relato de la Iliada, parece que hay partes que fueron realizadas con posterioridad por poetas griegos y romanos. El texto moderno de los poemas homéricos se transmitió a través de los manuscritos medievales y renacentistas, que a su vez fueron copiados de antiguos manuscritos, hoy ya perdidos.
Con el descubrimiento de la ciudad de Troya, los relatos de la Iliada, comienzan a tener otro sentido distinto del que se creía, ahora hay un fundamento histórico, una ciudad que se creía ficticia, es real. ¿Pueden ser los relatos de Homero verdaderos hechos históricos?. No lo sabemos quizás las nuevas investigaciones arrojen luz en este sentido pero no cabe duda que la ciudad existió, posiblemente la Iliada como relato épico, fuera exagerado, pero con una base real.
La Epopeya de la Iliada
La Iliada no nos relata toda la guerra de Troya, sólo se concentra en un sólo episodio, quizás el menos bélico, pero si el que conlleva mayor concentración de dramatismos, en el que derrocha toda la belleza en las descripciones tratándolas con suavidad y dulzura para pasar sin preámbulos a describir como se disponía el campo de batalla.
Se cree que fue escrita en la segunda mitad del s VIII a.C., aunque otros estudiosos la sitúan en el s. VI. a.C. Consta de 24 cantos o rapsodias con un total de 15 .693 versos. La Iliada relata los hechos ocurridos en el décimo y último año de la guerra de Troya, concretamente narra los sucesos acaecidos en un periodo de tiempo de 51 días, con resultados tan dramáticos e importantes como la muerte de Paris o de Héctor. Los cantos en los que se divide la Iliada son:
- Canto I: La peste y la cólera
- Canto II: El sueño de Agamenón y la Beocia
- Canto III: Los juramentos y Helena en la muralla
- Canto IV: Violación de los juramentos y revista de las tropas
- Canto V: Principalia de Diómedes
- Canto VI: Coloquio de Héctor y Andrómaca
- Canto VII: Combate singular de Héctor y Áyax
- Canto VIII: Batalla interrumpida
- Canto IX: Embajada a Aquiles
- Canto X: Gesta de Dolón
- Canto XI: Gesta de Agamenón
- Canto XII: Combate en la muralla
- Canto XIII: Batalla junto a las naves
- Canto XIV: Engaño de Zeus
- Canto XV: Nueva ofensiva desde las naves
- Canto XVI: Gesta de Patroclo
- Canto XVII: Gesta de Menelao
- Canto XVIII: Fabricación de armas
- Canto XIX: Aquiles depone la ira
- Canto XX: Combate de los dioses
- Canto XXI: Batalla junto al río
- Canto XXII: Muerte de Héctor
- Canto XXIII: Juegos en honor de Patroclo
- Canto XXIV: Rescate de Héctor
La Iliada tiene su base en la cólera humana, qué la provoca, cómo se apacigua y que consecuencias tiene. Según el relato, la Guerra de Troya comienza cuando Paris rapta a Helena, mujer de Menelao, y huye hacia Troya. Ante tal afrenta, los aqueos parten hacia Troya para vengar este ultraje y rescatar a Helena. Troya en aquella época era defendida por el bravo Héctor, hijo del rey de los troyanos, Príamo y personaje a destacar dentro de la guerra.
La Iliada comienza con la salida de Aquiles del campamento de los aqueos por culpa de una ofensa que Agamenón, jefe del ejército sitiador, le había hecho. Agamenón había tomado como botín de guerra a una mujer llamada Criseida o Briseida, su padre Crises, sacerdote del templo de Apolo, suplicó a Agamenón que le devolviera a su hija. Agamenón le despreció con palabras fuertes y agresivas, entregándosela a Aquiles como esclava. Apolo que había visto lo que Agemenón había hecho, decidió castigar a los griegos enviándole flechas de fuego. Calcante fue quien consultando a los dioses, recibe las indicaciones divinas sobre la única forma de calmar la ira de Apolo sería devolver a Criseida con su padre.
Agamenón al final accedió, pero Criseida ahora era propiedad de Aquiles, por lo que tenía que convencerle para que la devolviera, pero ya era tarde, Criseida se había convertido en su favorita. Cuando Criseida se volvió con su padre, Aquiles se sintió encolerizado, tomándolo como una provocación. Por lo que decide no ayudar en la lucha ni aportar a sus mirmidones como ayuda a las fuerzas griegas.
La batalla comenzaba a ser un desastre para los griegos y voces como la de Néstor, acusa a Agamenón de ser el responsable del enfado de Aquiles y por lo tanto de la derrota que estaba sufriendo Grecia. Por lo que Agamenón decidió aplacar la ira de Aquiles, enviando a Odiseo y otros jefes con el ofrecimiento de devolverle a Criseida, su exclava e incluso le agasajó con obsequios.
Aquiles rechazó los obsequios y pidió a los griegos que volvieran a casa, algo que él ya tenía pensado realizar. Sin embargo, los troyanos, dirigidos por Héctor, hicieron retroceder al ejército griego hasta las mismas playas, asaltando y saqueando sus barcos.
Los griegos estaban a punto de la derrota total cuando Aquiles permitió que Patroclo, dirigiese a su ejército de mirmidones hacia la batalla, pero sólo para que permanecieran allí, sin luchar. Patroclo y su ejército logró repeler los ataques de los troyanos, pero cayó abatido a manos de Héctor, antes de llegar a asaltar la ciudad de Troya.
Aquiles recibió la noticia de la muerte de Patroclo y lloró desconsoladamente sobre el cuerpo inerte de su amigo. Tetis, la madre de Aquiles le persuadió para que Hefesto, le confeccionara un armadura nueva, ya que la suya la había portado Patroclo y ésta había sido arrebatada por Héctor.
Tras la muerte de Patroclo, Aquiles decidió entrar en la batalla con el fin de vengar la muerte de su amigo, se volvió a aliar con Agamenón y su cólera le llevó a matar a todo aquél que se encontraba, mientras por el campo de batalla, buscaba a su enemigo y responsable de la muerte de Patroclo, Héctor.
Llegó incluso a luchar contra Escamandro, dios de los ríos, quién se había enfadado por la cantidad de muertos que obstruían sus aguas. El mismo Zeus consciente de la ira y furia de Aquiles y temiendo que destruyera Troya demasiado pronto, envió a los dioses a detenerle.
Pero Aquiles ya había localizado a su enemigo Héctor, lo persiguió rodeando hasta 3 veces las murallas, hasta que se produjo el trágico encuentro. Aquiles mató a Héctor de una lanzada al cuello, atando su cuerpo a un carro y arrastrándolo por el campo de batalla durante 9 días. Para después unirse y presidir los juegos funerarios en honor a Patroclo.
Príamo, padre del fallecido Héctor, convenció a Aquiles para que le permitiera celebrar los ritos funerarios para su hijo, este hecho es el que consigue apaciguar la ira de Aquiles. El último relato de la Iliada hace referencia al funeral de Héctor. La historia seguirá pero no se relata en la Iliada.
El Caballo de Troya
La guerra de Troya fue descrita por Homero en sus poemas por primera vez, pero esta guerra ha sido narrada por otros autores tanto en tiempos antiguos como modernos, introduciendo distintas variaciones y modificando parte de la historia.
En el año 10 de la Guerra de Troya, ya muerto Aquiles en combate. Los griegos consultan a los oráculos que tenían que hacer para conseguir tomar la ciudad. El oráculo impone llevar a Neoptólemo, hijo de Aquiles, al campo de batalla, traer los huesos de Pélope o robar el Paladio. Tras cumplir todos los cometidos, la ciudad de Troya seguía sin caer.
El adivino Calcante observó una paloma perseguida por un halcón. La paloma se refugió en un hueco al que el Halcón no tenía acceso, ante esta tesitura, el halcón decide esconderse lejos de la mirada de la paloma. Esta al creer que su enemigo se había ido, decidió salir y ésta fue la peor decisión que pudo tomar, el halcón salió velozmente atrapando a su presa.
Calcante, tomo esta visión como una revelación divina, quien le daba la forma de tomar la ciudad y no era asaltando sus murallas, ni utilizando la fuerza. Odiseo tras escuchar el relato de Calcante, comenzó a elaborar un plan, el de construir un caballo y dentro ocultar un grupo de los mejores guerreros, como hizo el halcón con la paloma.
En este punto existen distintas versiones, para unos escritores fue Atenea quien ideó el plan, para otros fue Prilis, un adivino de Lesbos, quien auguró que Troya sólo podía ser conquistada a través de un enorme caballo de madera.
De quién fue la idea es lo de menos en el relato, el caballo se construyó. Se le encargó a Epeo el focidio, que era el mejor carpintero. El caballo de grandes dimensiones contaba con una trampilla lateral en la parte derecha y una inscripción en la parte izquierda con una leyenda que decía «Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea»
Los troyanos, creyeron en la buena voluntad de los griegos, pensando que cansados de tantos años de batalla, fuera de sus familias, se daban por vencidos y regresaban a casa. Esta teoría se reforzó cuando los vieron partir con sus naves.
Lo aceptaron como ofrenda a los dioses, sin saber lo que realmente transportaba el caballo en sus entrañas. Los troyanos ser vieron obligados a romper parte de la puerta de sus murallas para permitir que el caballo traspasase los muros de la ciudad, debido a las dimensiones tan colosales que tenía.
Situaron al caballo en el centro de la ciudad y tras un día con tan buenas noticias y de tantas emociones, los habitantes de Troya se retiraron a descansar. Momento que aprovecharon los soldados ocultos en el caballo, para salir y sin resistencia alguna, abrir las puertas de la ciudad, lo que llevó a la fuerza invasora a entrar y destruir la ciudad.
La Ciudad de Troya
Aquel amor desencadenó una guerra cruel, una batalla en la que se juntaban las ansias de poder y la ambición de Agamenón, con la inteligencia de Ulises y la fuerza de Aquiles y sus mirmidones. Eran todos los ingrdientes necesarios para dar ese paso que salta de la Historia a la categoría de Mitología. Y así, entre las brumas de lo que pudo ser y realmente fue, la historia de Troya ha vivido durante siglos ocultas bajo las piedras de una ciudad desconocida; de un pasado que ha salido a la luz con el descubrimiento de sus ruinas.
Troya existió, sí, pero… ¿fue real lo que durante tantos siglos hizo famosa a esta ciudad? ¿fue la Historia la que se convirtió en leyenda, o fue la leyenda la que convirtieron en Historia?
La arqueología moderna basa la realidad de Troya en las excavaciones llevadas a cabo por Heinrich Schliemann en la colina de Hisarlik, donde descubrió que la ciudad, fundada en el tercer milenio antes de Jesucristo, varias veces fue destruida y reconstruida. De ahí los nombres que han colocado a las ruinas encontradas (Troya I, Troya II…). Y dentro de éstas, es Troya VII la que se asimila con la que sufrió el brutal asedio de los micénicos; una ciudad que según las excavaciones fue destruida cerca del año 1200 a.C.
Pero curiosamente, de esas ruinas, se deduce que Troya VII sufrió dos asaltos y destrucciones. La primera es la que se asimila con la invasión de los argonautas, quien al volver con el vellocinio de oro, se detuvieron en la ciudad para repostar agua, pero lo troyanos exigieron un alto precio. En venganza, Hércules que viajaba con ellos, montó un ejército, tomó la ciudad y la arrasó. De aquella destrucción son las famosas columnas de Hércules.
Es la segunda destrucción que sufrió la ciudad la que verdaderamente interesa al mundo, la que plantea las dudas naturales surgidas de una historia contada en forma de poema y como poema, revela ciertas dosis de romanticismo que en la realidad son difíciles de creer.
Porque difícil de creer es que se llevara a cabo tal guerra sólo por una mujer. O que una ciudad como Troya, con un soberbio puerto en el Dardanelos y que durante mucho tiempo había controlado el comercio en el Mediterráneo no tuviera una flota para defenderse cuando atacaron los aqueos de Agamenón.
O incluso, inverosímil es el pensar que los troyanos, tan inteligentes, tan orgullosos, tan poderosos, cayeran en la trampa de introducir un caballo de madera en su ciudad que, por otro lado, debería haber sido gigantesco para poder llevar dentro a un ejército…
Muchas incongruencias que parecen más sacadas de la pluma de un escritor que quiso dotar a su historia de un toque de romanticismo que de la propia realidad. Y es que esa realidad nos cuenta que aquella fue el final de una época dorada. El final de algunas civilizaciones que fueron grandes y que marcaron una etapa en la Historia de la Humanidad: los micénicos, los cretenses, los troyanos, los hititas…
Algunos historiadores relacionan a los micénicos (los aqueos de la epopeya homérica) con los hititas; otros piensan que tienen su origen al norte de los Balcanes, y que llegaron a Grecia buscando un mejor lugar donde asentarse.
Lo que sí ha quedado claro es que son un pueblo de origen indogermánico y que la migración se produjo hacia el año 1600 a.C. Surgió así la cultura micénica por la mezcla natural de este pueblo con la cultura cretense que se encontraron al llegar a territorio heleno. Formaban reinos independientes que si bien estaban en continuas disputas entre ellos, luego eran capaces de unirse para defenderse mutuamente, como cuenta la Historia que hicieron para defenderse de los persas, los hititas o incluso para atacar a Troya.
Pero él exceso de población al que llegaron los obligó a extenderse aún más. Aprovecharon que los hititas comenzaban a bajar su influencia para introducirse en Asia Menor. Se beneficiaron de la caída de Creta para introducirse aún más en Grecia, y finalmente continuaron su expansión territorial haciendo frente a los troyanos. Es en este momento en el que coincide con el asedio de los aqueos o micénicos a la ciudad de Troya que tan románticamente nos cuenta Homero.
Por ende, Troya tenía una situación geográfica privilegiada desde la que controlaba todo el comercio marítimo en el Mediterraneo, y esto ayudaba a aumentar más la codicia de los reyes aqueos. Homero tradujo todo aquello en una cruenta batalla de más de diez años, pero la Historia hace pensar que no fue una sola batalla, sino que fueron frecuentes incursiones, y que se trató de una batalla de desgaste que perseguía la debilidad económica de Troya.
Lo que finalmente la leyenda convirtió en un enorme caballo de madera no fueron sino las altas torres de abordaje que los aqueos llevaron hasta las murallas troyanas. Y, finalmente, Troya cayó.
Ni dos siglos después, Creta, Micenas, Pilos o Troya ya sólo eran un recuerdo en la Historia, pues tribus venidas del Norte invadieron Grecia y arrasaron a estos pueblos. Toda una epoca dorada de cultura griega había caído, y su historia, o leyenda, permaneció enterrada y escondida durante muchos siglos.
Troya en el Cine, La Música o la Literatura
De lo que no hay ninguna duda es que la epopeya de Troya ha pasado a la historia como una de las epopeyas más grandes jamás contadas, una historia que ha sido visitada, revisitada y versionada en las diferentes artes,y que todavía en la actualidad sigue siendo el centro de libros, películas o incluso videojuegos, lo que la convierte en una de esas historias universales.
Por ejemplo, la Guerra de Troya volvió a ser revisitada en la película Troya, aprovechando la moda de las películas de batallas basadas en historia antigua, gracias al tirón de «300». Sin embargo, esta no es, ni mucho menos, la primera vez que la epopeya de Troya es llevada al cine.
Otra de las grandes adaptaciones de la obra fue ‘La Guerra de Troya’ (1961), ‘Helena de Troya’ (1956) o más recientemente, una película polaca de 2008 denominada ¿Cuánto pesa el caballo de Troya?. De hecho, la epopeya de Troya ya fue tomada en cuenta por algunos de los pioneros en el arte de la cinematografía, y desde los albores de esta industria se vio el potencial que tenía esta historia. No en vano, ya en el año 1911 se produjo la primera película basada en Troya, llamada ‘La caída de Troya‘.
La Guerra de Troya también tiene gran importancia dentro de la literatura moderna. En la actualidad son numerosos los estudios y los libros de investigación relacionados con los hechos o mitos de Troya. Sin embargo, ya desde la Edad Antigua numerosos autores se basaron en los sucesos de Troya para narrar nuevas obras.
Avanzando más en el tiempo, hasta comienzo de la Edad Moderna, encontramos incluso autores muy reconocidos que hicieron de Troya una parte muy importante de su obra, como por ejemplo el dramaturgo francés del siglo XVII Jean Racine, cuyas algunas de sus principales obras, tales como Andrómaca o Ifigenia, versaron acerca de los acontecimientos y personajes de la Guerra de Troya.
La legendara guerra de Troya también ha llegado a otras industrias como la del videojuego, con juegos como Warrios, Legends of Troy, que salíó para PS3 y Xbox 360, además de tantos otros que bebe de sus mito y leyendas, como el mismo God of War. Lo que está claro es que la fuerza de esta epopeya la convirtió en un mito, y el tiempo la ha consolidado como un mito que perdurará, como se suele decir, por los siglos de los siglos.
A continuación te dejamos con un documental sobre Troya y con algunos otros enlaces que pueden interesarte para complementar la INFO del artículo.
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