El principio de la historia (segunda parte)

¿Quieres saber cómo se originó la historia? Nosotros vamos a explicarte en profundidad muchos de los estudios que guardan relación con este comienzo, así que sigue leyendo.

El principio de la historia (2/2)

Antes de comenzar, me gustaría recomendarte este otro artículo, en el que también hablamos sobre el principio de la historia. Haz clic en el enlace para leer más sobre esto.

El principio de la historia (1/2)

Si has podido leer el artículo anterior, sabrás que establecemos el principio de la historia a partir de surgir de la escritura bajo el avance del pueblo sumerio. De todas formas, a grandes rasgos y para introducirte en este punto de la historia, lo que debes saber es que la escritura tuvo un comienzo necesario como medida para ajustar problemas sociales que en aquella época fueran de vital importancia, y con el desarrollo y el estudio de esta misma necesidad de expresar y dejar constancia de ello, se han ido dando lugar las diferentes tipos de escritura que, o bien conocemos hoy en día, o han dado lugar a la base de la que parte nuestro idioma y escritura.

Así, puede determinarse que, el origen de la historia y, básicamente, la historia de la escritura.

El principio de la historia | Pictografía

La escritura pictográfica tiene su origen en el neolítico, donde es conocido que se pintaban algunas rocas con dibujos de animales para contar ciertas historias, así como la representación de objetos cotidianos. Sin embargo, hay que entender que este origen surge del dibujo en sí, para luego convertirse en la escritura que se irá desarrollando a lo largo de los siglos, hasta dar con la versión que conocemos hoy en día (la fenicia).

Sabiendo esto, podemos decir que la pictografía contaba con signos que representaban un objeto de la vida real; es lo que se conoce como escritura pictográfica. Aunque es bueno saber que aquellos signos se atribuían de forma exclusiva a aquello que representaban. Por ejemplo, un animal en concreto, como puede ser un cerdo, solo reflejaba a ese animal y no a cualquier otro.

Se trataba de dibujos muy esquemáticos, realizados con la astilla de una caña, y si bien muchos eran de índole naturalista, algunos ya poseían connotaciones simbólicas, aunque este era el principal problema de la escritura pictográfica, que no podía representar cosas abstractas.

No obstante, esta forma de escritura presentaba grandes ventajas, y es que al tratarse de representaciones de la realidad, podría entenderse la pictografía como una forma de comunicación primitiva pero universal. Es decir, sin importar el idioma que manejara la civilización a cuyas manos llegara la roca estas representaciones, podía comprender sin mucha dificultad a qué estaban haciendo referencia los sumerios.

A pesar de esto, en Mesopotamia se fueron estilizando los trazos que conformaban la escritura pictográfica, y esto dio lugar a la diferenciación entre las primeras escrituras y las siguientes versiones. En otras palabras, esta fue perfeccionándose para alcanzar el siguiente paso. Aunque, incluso a día de hoy, se sigue usando esta escritura, como los carteles que encontramos en cualquier baño de cualquier restaurante, museo, aeropuerto y demás lugares públicos.

El principio de la historia | Ideogramas y fonogramas

Según lo que sabemos, los sumerios llegaron a utilizar unos 2000 pictogramas en las primeras fases de su escritura. Para simplificar algunos signos que resultaban difíciles de dibujar, pronto se optó por trazos más sencillos y lineales. Además, cuando se quería representar ideas o acciones complejas se empezaron a utilizar simultáneamente dos o más signos, lo que llamamos ideogramas.

Pero este sistema ideográfico todavía no era óptimo, era difícil escribir nombres propios o ideas abstractas. Para resolver el problema, los sumerios empezaron a utilizar el sonido de los signos en lugar de su imagen mental: si un escriba necesitaba registrar una palabra que no tenía ideograma, podía, en un momento dado, recurrir al signo que representaba a otra palabra de sonido parecido.

Los escribas supieron aprovechar rápidamente las enormes posibilidades que este sistema ofrecía y no tardaron en perfeccionarlo. Descubrieron, por ejemplo, que combinando diferentes signos por su valor fonético era fácil escribir cualquier palabra del lenguaje oral. Así, el uso de ideogramas fue progresivamente sustituido por el de fonogramas.

Los signos, a partir de este momento, ya no representaban objetos sino sonidos. La adopción de la escritura fonográfica permitió el registro de las largas tradiciones orales y leyendas, dando lugar al nacimiento de la literatura. A su vez, las clases dirigentes fueron los exclusivos usuarios de esta nueva técnica y no desaprovecharon el privilegio.

Capaces de escribir la historia, los gobernantes pronto la utilizaron para construir una imagen más poderosa de ellos mismos, a través de grabados épicos en monumentos y columnas. Tal era la importancia de los registros, que al derrocar una dinastía e imponerse un nuevo rey, los faraones de Egipto mandaban a destruir muchos de los monumentos grabados anteriormente, condenando a sus predecesores al olvido eterno y obteniendo una renovada legitimación.

El principio de la historia | Escritura cuneiforme

El sistema cuneiforme estaba basado en símbolos pictóricos sobre tablillas de arcilla. En un principio la forma de escritura era mediante estiletes, éstos representaban números mediante signos de ángulos variables, más tarde se fue incorporando pictogramas, donde al lado de la representación numérica, se representaba el concepto.

Poco a poco este sistema fue perfeccionándose hasta llegar a la invención del estilete en forma de cuña con lo que se pasó de las representaciones mediante ángulos y signos variables a una escritura cuneiformes (de cuña), un sistema de escritura representada por medio de logogramas, números y sílabas.

En cuanto a la orientación de la escritura, los signos aparecían escritos en columnas de arriba abajo en los primeros documentos, comenzando por el extremo superior derecho de la tabla. Más adelante, a medida que los escritos se extendían, se optó por comenzar a escribir los signos de derecha a izquierda, como se sigue haciendo en el mundo occidental.

Lo curioso de la escritura cuneiforme es la idea del almacenamiento de los «textos». Estos se guardaban en una especie de biblioteca muy bien organizada cuyo objetivo era el de formar e instruir a futuros escribas que pudieran seguir con este tipo de escritura o técnica.

Escriba

La figura de los escribas es realmente importante y ciertamente primordial en el mundo de la escritura, ya que gracias a ellos pudieron interpretarse y copiarse textos que, de no existir ellos, se hubiesen perdido. Estas personas se dedicaban exclusivamente a copiar dichos textos que, más adelante, y gracias a la evolución de la propia historia, fueron también avanzando en sus métodos y, como sucedió con los textos en latín, que pasaron a convertirse en copistas.

Es llamativo ver que esta figura ha permanecido a lo largo de la historia y durante mucho tiempo, aunque es con la aparición de la imprenta cuando ya deja de ser necesario. Por lo que, desde el comienzo de la escritura hasta el nacimiento de la imprenta, la evolución de los escribas y copistas ha supuesto nuestra propia evolución.

El principio de la historia | Jeroglíficos

Los textos más antiguos datados hasta la fecha son textos sumerios. Los sumerios fue una civilización que habitó la franja sur de la antigua Mesopotamia. Los textos que nos han llegado hasta nuestros días están basados en un sistema de escritura cuneiforme, precursora de lo que más tarde sería los jeroglíficos egipcios.

Pero no podemos hablar de un sistema desarrollado hasta llegar a Egipto, con un sistema de escritura complejo ya que se trata de un tipo de escritura figurativa, fonética y simbólica, todo representado en un mismo escrito o en una misma frase.

Piedra Rosetta

Es por esto que es en Egipto donde ya se puede hablar de un primer alfabeto datado aproximadamente sobre el año 2000 a.C.  Un sistema basado en el uso de signos y cuyo significado lo conocemos gracias a los textos contenidos en la Piedra de Rosetta, encontrada en el año 1799, donde figura grabado en piedra un decreto egipcio cuya importancia radica en que el texto se encuentra escrito en jeroglífico, demótico y griego, gracias a lo cual pudo conocerse lo que representaba cada signo.

El principio de la historia | Alfabeto

Frente a los sistemas pictóricos, fonográficos y figurativos que utilizaban los egipcios, aparece un nuevo sistema de escritura mucho más sencillo que pronto se extendería por todo lo ancho y largo del mediterráneo. Un sistema sencillo en el que cada sonido podía ser representado con un sólo signo, al contrario de lo que ocurría con las antiguas escrituras mesopotámicas o egipcias.

El origen de los fenicios se sitúa al filo del mediterráneo, en las actuales Israel, Siria y Líbano, de ahí la cercanía e influencia con nuestra escritura actual. Lo curioso de esta civilización es que las tierras de las que disponían carecían de nutrientes suficiente como para considerarlas aptas para desarrollar la agricultura. Esto los llevó a embarcarse, y además literalmente, porque se sumergieron en la investigación marítima y se convirtieron en los más entendidos en lo que al mar se refiere.

Al encontrarse tan cerca de un gran número de civilizaciones importantes, pudieron desarrollar con facilidad el comercio. Esto junto a su capacidad para desplazarse por mar, les supuso una gran oportunidad para expandirse por el mediterráneo. Al ser frecuentes y expertos viajeros, y disponer de un gran número de rutas comerciales, fueron capaces de llevar la escritura a todas estas civilizaciones que comentamos.

El alfabeto fenicio estaba formado por ideogramas que simbolizaban animales y objetos. Como ya hemos comentado al principio del artículo, sabemos que esta forma de escritura presentaba el problema de los sonidos, así que a cada uno de estos ideogramas se le asignó un valor fonético en relación al nombre que se estaba representando teniendo en cuenta su traducción en fenicio.

Al tratarse de un sistema sencillo, esta nueva forma de escritura permitió la expansión de la cultura general (que en un principio se centraba en la fenicia) y el conocimiento que había ido adquiriendo la sociedad hasta el momento.

Es difícil visualizar la sensación de poder y de revolución que debió brindar la escritura. Es algo tan cotidiano para nosotros que su valor en la historia de la humanidad aparece muchas veces descrito como un episodio más en un largo proceso de logros y avances humanos.

Sin embargo, no hay que equivocarse, la escritura aportó a la historia de la humanidad ni más ni menos que la Historia misma, la capacidad de conocernos como raza y cultura que somos, y de mirar hacia atrás con la seguridad de encontrar respuestas a nuestra curiosidad sobre nuestro pasado remoto.

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