En Sobrehistoria os hablamos ahora de las causas y consecuencia de la campaña del cura Hildago en el proceso de independencia de México. Un largo periodo de lucha que dió a una revolución que estuvo plagada de nombres propios como el que ahora os explicamos. A continuación la Independencia de Mexico: la campaña de Hidalgo.
Independencia de Mexico: la campaña de Hidalgo
El largo proceso de la lucha por la Independencia de México estuvo ligado –al igual que en otras partes de hispanoamérica- con los sucesos de España. En 1810 fueron vencidas las últimas fuerzas españolas de resistencia a los invasores franceses. La ausencia de un “Rey legítimo» en España abrió paso a las conspiraciones de los criollos mexicanos que hace tiempo deseaban dejar de ser una colonia.
En Querétaro un grupo de letrados, militares del ejército colonial y pequeños comerciantes –conocidos como los “conspiradores de Querétaro”- planeaban una sublevación. La situación se precipitó cuando fueron descubiertos.
El cura Hidalgo –uno de los conspiradores- llamó al pueblo de Dolores a levantarse en armas en busca de la independencia. Hidalgo pronunció las famosas arengas: “¡viva la virgen de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII¡ ¡y muera el mal gobierno!”. Este hecho histórico es conocido como el “Grito de Dolores”, con el comenzaba la larga lucha por la Independencia de México.
La Revolución de México y la lucha de Hidalgo
La Revolución se extendió rápidamente por otras zonas de México, donde se producían levantamientos similares al de Dolores. En el sur del país, por ejemplo, cobra relevancia una insurrección a cargo de otro religioso, José María Morelos, que sería luego una pieza clave en el movimiento independentista.
Las primeras etapas de la lucha armada favorecieron a las tropas revolucionarias a cargo de Hidalgo y Allende. Tomaron San Miguel y Celaya. Luego, tomaron la alhóndiga de Granaditas, en Guajanato, en su primera batalla formal contra el ejército realista.
Después se dirigieron a la ciudad capital. El 30 de octubre de 1810, los revolucionarios vencieron en la batalla del Monte de las Cruces. Sin embargo, por cuestiones estratégicas decidieron no ocupar la ciudad de México. Luego, los líderes se separan, Allende va a Guanajuato e Hidalgo a Guadalajara.
En Guadalajara, Hidalgo organizó el primer gobierno revolucionario, del que sería el máximo líder. Nombró como sus ministros a Ignacio López Rayón (de Estado) y José Ma. Chico (Gracia y Justicia). Las primeras acciones de gobierno fueron: una reforma agraria que postulaba a los indígenas propietarios de la tierra, la supresión de los tributos y la declaración de la libertad de los esclavos.
La ofensiva realista estaba ganando poder, bajo el mando de Calleja. Por este motivo las tropas de Hidalgo tomaron rumbo norte. En Puente de Calderón, sufrieron una gran derrota a manos de los hombres de Calleja. Las fuerzas de Hidalgo estaban devastadas.
Muerte de Hidalgo
Las fuerzas de las tropas de insurgentes capitaneadas por Hidalgo o Allende se habían visto muy mermadas a causa de las últimas batallas, en especial la que perdieron contra el ejército realista en Guadalajara. Hidalgo y otros líderes revolucionarios se ven forzados a huir a Aguascalientes y Zacatecas.
Sin embargo, los líderes revolucionarios son traicionados y apresados cuatro meses más tarde. Apresados por las tropas realistas, son llevados hasta Chihuahua. Allí, los líderes son interrogados y los que tienen rango religioso, como Hidalgo, son desposeídos de su rango como sacerdotes.
Tras escasos días hechos prisioneros, Hidalgo, Allende y el resto de líderes son juzgados por un tribunal y cometidos a un consejo de Guerra y considerados culpables de traición al régimen y de levantamiento armado. Son condenados a muerte.
Su ejecución tuvo lugar el 30 de julio de 1811 y su cabeza, junto con la de otros revolucionarios, fue colgada en unas picas en la alhóndiga de Granaditas, exhibiendo como símbolo de la represión que sufriría todo movimiento insurgente.
Sin embargo, la muerte de Hidalgo no fue en vano. La Revolución y el proceso de Independencia se habían puesto en marcha. Se habían logrado importantes victorias contra un bando carlista en el que reinaban las traiciones, los duelos de poder y el miedo a perder prácticamente toda América Latina, como finalmente sucedería.
Hoy en día se considera a Hidalgo como el padre de la patria mexicana, la figura que despertó al pueblo mexicano y encabezó la lucha por la independencia, la libertad y la autonomía en México.
Batallas importantes durante la campaña de Hidalgo
La campaña de Hidalgo supuso el inicio de los movimientos insurgentes por el territorio mexicano. En esta primera etapa se dieron algunas batallas que serían muy importantes para el desarrollo del proceso independentista:
Batalla del Monte de las Cruces: Fue una batalla que tuvo lugar en el Monte de las cruces, el 30 de octubre de 1810. Supuso uno de los primero enfrentamientos entre las tropas insurgentes comandadas por Hidalgo y Allende y las tropas leales al imperio español, dirigidas por Torcuato Trujillo.
A Trujillo, que había tenido grandes éxitos militares como la Batalla de Bailén, se le encomendó frenar a las tropas insurgentes que se dirigían a la capital, después de haber tomado ya Valladolid y Toluca. Sin embargo, las tropas realistas fueron derrotadas por los más de 80.000 insurgentes, que consiguieron además un importante botín en forma de armas. A pesar de haber derrotado a la fuerzas que defendían a la capital, Ciudad de México, por razones estratégicas los insurgentes no tomaron la ciudad y decidieron retirarse al Bajío.
Batalla de Aculco: Fue una batalla que tuvo lugar tras la victoria de los insurgentes en el Monte de las Cruces. Las tropas de Hidalgo y Allende se vieron las caras con el ejército realista en una colina cercana a la población de Aculco.
El resultado de la batalla no fue el mejor par los insurgentes. Las tropas de Hidalgo y Allende no solo se vieron obligadas a retirarse a causa del fuego de artillería realista, sino que también perdieron numerosos víveres, armas y, cómo no, hombres, más de 200 murieron y otros 600 fueron hechos prisioneros. Esta derrota comenzó a marcar las tiranteces entre Hidalgo y Allende, ya que desde algunos sectores de la insurgencia no entendían que Hidalgo hubieses decidido no tomar Ciudad de México.
Batalla de Punte de Calderón: Es la batalla que marca el final de la primera parte de la Guerra. En esta contienda estaba en juego la posesión del punte de Calderón, un importante punto de acceso a la ciudad de Guadalajara. El resultado de la lucha fue que las tropas de Hidalgo (unos 100.000 hombres, la mayoría desarmados y casi sin provisiones) fueron vencidas por las tropas realistas (60.000 hombres).
El movimiento independentista de Hidalgo perdía fuerza, hasta el punto de que sería traicionado por Ignacio Elizondo y capturado por las tropas realistas. Fue ajusticiado y su cabeza, junto con la de Allende y otros generales de la insurrección, terminó «expuesta» en la Alhóndiga de las Granaditas como símbolo de lo que les pasaría a los que se adscribieran al movimiento independentista.
Después de Hidalgo
La muerte de líderes como Hidalgo o Allende marca el inicio de la segunda etapa del proceso de Independencia de México. Durante este período, el personaje que se va a erigir en líder del movimiento será Morelos, otro sacerdote como Hidalgo, con la misma valentía y la misma capacidad para dirigir tropas de insurgentes.
En esta época la lucha se traslada al sur del país, donde Morelos obtiene importantes victorias frente al bando realista. México se encamina hacia una Declaración de Independencia que llegaría en 1813. Sin embargo, aún quedan muchas batallas que librar antes de que la independencia de México sea efectiva.
Video sobre la Independencia de México
Os dejamos con un completo documental que hizo la televisión mexicana para conmemorar el bicentenario de la independencia de México. En este caso, el fragmento, narrado por el conocido historiador mexicano Enrique Krauze, habla sobre esta primera fase de la independencia, con la rebelión del cura Hidalgo:
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