Continuamos entonces con nuestro relato de la Querella de las Investiduras que comenzamos en nuestro anterior artículo la Iglesia Medieval enfrenta al Sacro Imperio Romano Germánico. Luego de que el Papa publicara el Dictatus Papaes, Enrique IV no dio lugar a dichas normas, siguiendo con su política de designar a los obispos en el territorio imperial. En respuesta, Gregorio VII le amenazó con la excomunión (expulsión de la Iglesia Cristiana).
Pero el emperador, con el apoyo de muchos prelados alemanes opositores, le exigió al Papa que renunciara. Ante esto, un concilio determinó que fuera excomulgado Enrique IV y quienes le apoyaron, y le destituía como rey, liberando a sus súbditos de obedecerle.
En una posición política muy comprometida, Enrique IV decide obtener del Papa la absolución. Se dice que Gregorio VII no le recibió por tres días, en los que el emperador espero humildemente, descalzo y arropado con una simple manta. El Papa le perdonó, a pesar que de que esto era forma de fortalecer el poder de su oponente. Este hecho histórico se recuerda como la Humillación de Canossa.
Pero no terminó allí el inconveniente, Gregorio VII y Enrique IV continuaron su disputa hasta la muerte del primero. Otros Papas se sucedieron en el cargo y el Imperio fue heredado por Enrique V. Hasta 1122 se dieron numerosos enfrentamientos que incluyeron batallas, excomuniones y un terrible saqueo a la ciudad Roma.
Finalmente se firmó el Concordato de Worms, un acuerdo entre el Imperio y la santa sede. En él se estipulaba que correspondía a la Iglesia la investidura clerical y la consagración con las órdenes religiosas. En contrapartida al emperador se le reservaba la investidura feudal, el típico contrato de vasallaje. Tras más de cincuenta años concluía la Querella de las Investiduras. En ellas la Iglesia demostraba su enorme poder en el ámbito político, a punto de poner en jaque el poder de un Imperio.
Más Información
Querella de las Investiduras en Wikipedia
Iglesia Medieval, en sobrehistoria.es
Imagen:
El emperador Enrique IV delante del Papa Gregorio VII en Canossa. (Cuadro de Carlo Emanuelle, c.1630.). en Wikipedia