El Siglo de las Luces (también conocido como el Siglo de la Razón ) fue una revolución filosófica e intelectual que comenzó en Europa en los siglos XVII y XVIII. Influyó en el mundo con la idea de poner en el centro la felicidad humana y la razón. La Ilustración puso en primer plano la libertad individual y la tolerancia religiosa. Descubre:
- Qué es y cómo surgió la Ilustración
- Las principales ideas del movimiento
- Cómo se difundieron sus ideas
Qué es y cómo surgió
Representó una importante modernización cultural, consecuencia del progreso y de la difusión de las nuevas «Ideas», basadas en la razón y en los nuevos conocimientos científicos. Todo esto llevó al intento de transformar las caducas estructuras del Antiguo Régimen. Es lo que se conoce como «El Siglo de Las Luces».
La Ilustración nace en Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos fundamentales del movimiento se dio antes que en otro lugar, aunque tuvo mayor repercusión en Francia. La admiración por la cultura y las tradiciones inglesas fueron difundidas por Voltaire.
Nace un nuevo movimiento ideológico, el enciclopedismo, sus principales representantes fueron Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon, etc.
La ilustración poco a poco se extendió hacia otras zonas europeas a lo largo del siglo XVII, llegando a Países Bajos, Italia, España, Polonia, Rusia, Suecia e incluso a las colonias americanas.
Es la ideología y la cultura elaborada por la burguesía europea, en constante lucha contra el absolutismo y la nobleza. Una burguesía adinerada pero sin poder tomar decisiones políticas frente a una monarquía y nobleza empobrecida.
Aprende más sobre la Ilustración:
Cuáles son las principales ideas de este movimiento
Las características o principales ideas de la Ilustración son las siguientes:
- Racionalismo
- Búsqueda de la felicidad
- Creencia en la bondad natural del hombre
- El Optimismo
- El Laicismo
El Racionalismo
Son la lógica y la inteligencia las que debe iluminar el mundo.
La razón y el progreso constituyen el camino para alcanzar la felicidad. Se rechazac la superstición, el fanatismo religioso y la ignorancia. Su máximo exponente fue Voltaire.
Este tratamiento de la razón tuvo sus fuentes de inspiración en la filosofía de Descartes, basada en la «duda metódica», cuya primera regla del método era «la evidencia indubitable» y en las leyes generales de la Física de Newton.
Búsqueda de la Felicidad
La felicidad para el hombre ilustrado es un derecho que tiene el individuo, no puede ser un don divino como recompensa a las buenas acciones o a una conducta recta. La felicidad se debe alcanzar en la Tierra.
Se tiene la convicción de que la Naturaleza ha creado al hombre para que sea feliz. Pero de acuerdo con la mentalidad burguesa, esta felicidad para que sea auténtica, debe basarse en la propiedad privada, la libertad y la igualdad.
Cuando los ilustrados citan la igualdad, no hacen referencia a la igualdad económica, sino a la política y legal, es decir, igualdad ante la ley y la justicia.
Así fue la Ilustración en España:
Creencia en la Bondad Natural del Hombre
El hombre por naturaleza es bueno, todo ser humano nace bueno y libre, sin embargo todo lo tradicional le oprime hasta que poco a poco la sociedad termina por corromperlo, destruyendo es naturaleza con la que nace.
Rousseau aboga por la «tesis del buen salvaje», por la cual cualquier ser humano en estado primitivo es cándido y bueno, pero es la cultura y la sociedad quienes le pervierten, llevándole hacia una vida de vicios, a la amoralidad y al desorden en todos los sentidos.
Esta teoría chocaba con la creencia tradicional que abogaba porque el hombre es malo porque siempre supeditará su propio bienestar frente al de los demás. El hombre salvaje comete crueldades y hará lo que sea necesario por su supervivencia, incluidos actos violentos.
El Optimismo
El hombre del siglo XVIII piensa que la naturaleza es una especie de máquina perfecta que lo hace todo bien donde no hay errores, por lo tanto existen motivos para ser optimista.
Por otro lado, se considera que la historia supone la evolución progresiva de la humanidad, es decir, que el hombre con el transcurso de los siglos se va perfeccionando continuamente, ya que va acumulando historia, por lo que llegará el momento en que se logrará construir la sociedad perfecta, una especie de paraíso en la tierra.
El Laicismo
Aparecen unas nuevas corrientes entorno a los sentimientos religiosos como son el deísmo y el ateísmo, donde se pone en alerta el excesivo poder de la iglesia, la educación estaba en manos de la iglesia, el poder económico de la iglesia y como ésta se inmiscuía en los asuntos políticos.
El hombre del siglo de las luces rechaza las viejas creencias y reclama pruebas empíricas de los dogmas religiosos.
Surgen las contradicciones entre la fe y el conocimiento, teniendo a la ética como la meta que todas las religiones deben tener.
El deísmo aboga por la existencia de Dios pero rechaza la religión, su creencia dependerá tanto de la naturaleza como del método científico. Se trata de conocer a Dios a través de la razón y la observación. Dios no interviene en los designios del mundo, el mundo sólo obedece a las leyes naturales.
Enfrentada a esta posición se sitúan las religiones más tradicionales como el cristianismo, judaísmo, budismo o el islam, quienes siguen pensando en un Dios que interviene en los asuntos terrenales, capaz de obrar milagros.
La Ilustración es la primera cultura laica de la historia de Europa.
Cuál era el objetivo de la ilustración
La Ilustración persigue nada menos que educar al pueblo, rompiendo los dogmas establecidos e impulsando la investigación pues, no en balde se trata de un movimiento intelectual y científico. Se quiso lograr que la gente, por primera vez, quisiera salir a conocer el mundo por otros cauces que no fueran los impuestos por los religiosos.
Formas de Difusión
El problema de la Ilustración es que solo caló entre un sector muy minoritario de la población, pero a pesar de ello, intentaron difundir y extender sus ideas de muy diversas formas:
- Las sociedades científicas, literarias o artísticas y las academias, apoyadas por los poderes públicos.
- Las sociedades de amigos del país, establecidas normalmente en las principales ciudades y capitales de provincia.
- Los Salones. Tertulias, cafés o reuniones de ilustrados para tratar sobre los más diversos temas.
- La Enciclopedia. Se elabora un diccionario ilustrado que recogía todo el conocimiento de la humanidad hasta ese momento.
Para la elaboración de la Enciclopedia se siguieron criterios estrictamente científicos, lo que le acarreó la oposición de los sectores más reaccionarios de la sociedad y por supuesto, la persecución eclesiástica, entrando a formar parte de los libros prohibidos por la iglesia.
El Pensamiento Ilustrado
No se entendería sin antes poner en antecedentes de la situación en Inglaterra y Holanda durante el siglo XVII. Las evidencias se encuentran en Newton desde el punto de vista científico, «Física Moderna» y en la Revolución inglesa de 1688 en sus aspectos políticos. Esta última implantó el parlamentarismo, que tanta influencia ejercería en Voltaire y en Montesquieu.
Pensamiento Político
- Montesquieu: Teorizó sobre la división de poderes (Ejecutivo, Judicial y Legislativo). Siguiendo las teorías de Locke, considera que el hombre debe buscar la Libertad y para alcanzarla, es necesario limitar el poder de los príncipes absolutistas.
- Voltaire: Indagó en la libertad de pensamiento y abogó por una nueva religión (deísmo) que sustituyese a las reveladas (cristianismo, judaísmo, islamismo, etc). Repudió el excesivo poder del clero y propugnó una religión basada en la razón y el respeto, alejada del fanatismo y la intolerancia. Fue partidario de un sistema parlamentario que limitase el poder del monarca, así como de un profundo cambio en los valores de la sociedad de sus días.
- Rousseau: Hizo hincapié en el estudio de la Naturaleza y las relaciones sociales entre los hombres. El Hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad la corrompe y esclaviza, el hombre salvaje es feliz y libre, pero la civilización nace de la propiedad privada y entonces aparece la desigualdad y la pérdida de libertad. Pensaba que la educación constituía la mejor fórmula para desarrollar la bondad natural de las personas.
Pensamiento Económico
Se concretó en dos nuevas corrientes: la fisiocracia y liberalismo, que entraron en conflicto con el pensamiento imperante del momento, el mercantilismo.
Mercantilismo:
Considera que la riqueza de un país depende de la cantidad de oro y plata atesorable dentro de sus fronteras. Para acumular oro y plata es necesario incentivar las exportaciones y reducir las importaciones. Se establecen altas tasas aduaneras que encarezcan los productos extranjeros y disuadan a los potenciales compradores de los mismos. Para poder exportar es necesario impulsar las manufacturas. Éstas han de estar sometidas a una estricta reglamentación estatal.
El comercio debe desarrollarse mediante la creación de compañías que dependan del Estado. A fin de conseguir los mencionados objetivos la economía ha de ser regulada por el Estado. Su principal valedor fue Jean-Baptiste Colbert, ministro de Luis XIV de Francia.
La Fisiocracia:
Los fisiócratas sostenían que la riqueza de un estado hay que buscarla en la naturaleza, más exactamente en la agricultura. Las otras actividades económicas (industria y comercio) son consideradas estériles. La riqueza circula mediante el trasvase de parte de las rentas de la clase productiva, los agricultores, a las clases improductivas.
Su principal teórico fue François Quesnay, quien expuso sus ideas en la obra «Tableau économique», considerada una de las primeras obras sistematizadas de la ciencia económica.
El Liberalismo:
Para sus defensores, la riqueza del Estado no radica ni en la acumulación de metales preciosos, sino en la libertad.
El Estado no ha de intervenir en la actividad económica, ha de dejar total libertad a la iniciativa y a las empresas privadas. Su principal teórico fue Adam Smith (1793-1790), quien expuso su pensamiento en la conocida obra «La riqueza de las naciones».
En definitiva, la filosofía en la Ilustración defiende la aplicación de la autonomía en todos los campos del saber rechazando el intervencionismo y cualquier forma de control.
La Ilustración en España e Hispanoamérica
La Ilustración en España
La decadencia profunda en que se encontraba el país en el punto de partida obstaculizó una posterior eclosión, sin embargo, el auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas como Cataluña, a lo largo del período y la actuación tímida, desde el poder político, facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de ilustrados como Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Cavanilles, Feijoo, Hervás y Panduro, Jovellanos, Mutis, etc., condicionado, no obstante, por el arraigo y la preponderancia del pensamiento teológico tradicional.
La creación de las Reales Academias de la Lengua, de la Historia, de la Medicina o del Real Gabinete de Historia Natural (actual Museo Nacional de Ciencias Naturales), fueron algunos de los logros de la Ilustración española.
En España el movimiento ilustrado sólo se difundió entre determinadas élites como eran algunos nobles, clérigos, algunos profesionales y miembros acomodados de la sociedad.
Los ilustrados constituyeron una minoría, dinámica e influyente, pero minoría al fin y al cabo. Y, aunque los principios que defendieron llegaron a impregnar toda su época, el censo de los indiferentes, de los tradicionalistas y de los enemigos de las Luces siempre fue mucho más grande que el de los partidarios del progreso, la razón y la libertad.
El sustantivo «ilustración» no se difunde en España hasta después de 1760, designando un programa de instrucción, enseñanza, transmisión o adquisición de conocimientos en beneficio de una persona o de la sociedad en su conjunto.
Durante mucho tiempo se creyó que el carácter «moderado» de las propuestas de los ilustrados españoles era un rasgo específico de España.
Los últimos estudios sobre la Ilustración europea han cuestionado la tradicional visión de ésta como la desencadenante del fin del Antiguo Régimen y han destacado que la Ilustración habría sido un movimiento esencialmente reformista.
Los ilustrados no aspiraban a modificar sustancialmente el orden social y político vigente, simplemente pretendían introducir reformas que fomentasen lo que denominaron pública felicidad y para ello deseaban involucrar a los grupos privilegiados en su materialización.
Precisamente esta faceta reformista es lo que atraería la atención de los gobiernos absolutistas europeos dispuestos a impulsar el «progreso» pero sin alterar el orden social y político establecido.
Así los gobiernos se habrían servido de la Ilustración para dotar a sus planes de reforma económica, fiscal, burocrática y militar de una aureola de acendrada modernidad, justificando así, como necesaria e inevitable la creciente intervención del Estado en todos los órdenes de la vida social.
Los ilustrados españoles confiaron en que la Corona fuera la «impulsora» de la modernización cultural, social y económica que ellos propugnaban. Pero la Corona, por su parte, utilizó las propuestas ilustradas para lograr que su poder fuera incontestado y sin ningún tipo de cortapisas. Por eso la colaboración Monarquía-Ilustración fue a veces ambigua y contradictoria.
Los gobiernos impulsarán las reformas siempre que éstas no sean demasiado radicales como para poner en peligro la estabilidad de todo el entramado del Antiguo Régimen.
La campaña reformista de los ilustrados tuvo que detenerse ante los privilegios de las clases dominantes, ante las estructuras del régimen absolutista y ante los anatemas de las autoridades eclesiásticas.
Tal vez la característica más específica de la Ilustración en España fue que todos los ilustrados se mantuvieron dentro del catolicismo, no hubo ningún deísta entre sus filas, y por supuesto, ningún ateo.
Los diversos discursos ilustrados provenientes de otros países, aquí fueron con frecuencia censurados, amputados y tergiversados, a causa también de lo que se llamaba, la doble censura política y religiosa ejercida a través del Consejo de Castilla y por medio de la Inquisición, que apenas dejó espacio para una opinión independiente.
En 1756 el Santo Oficio prohibió «El espíritu de las leyes» de Montesquieu, por, según decían, contener y aprobar toda clase de herejías», dificultó la difusión de la Enciclopedia y toda la obra de Voltaire y Rousseau, también fue prohibida.
A pesar de todos los empeños, estas obras fueron conocidas en España gracias a la gran labor de unos libreros dispuestos a vencer el temor al Santo Oficio e importarlos para sus clientes.
La llegada de la nueva dinastía borbónica no aportó ningún cambio importante en el terreno científico, a excepción de una mayor centralización que supuso la creación de la Real Biblioteca y la Real Academia de la Lengua.
Esto es interesante para completar tu formación acerca de este tema que estamos tratando:
La Ilustración en Hispanoamérica
A Hispanoamérica llegaron las ideas de la Ilustración a través de la metrópoli, tanto España como Portugal.
En los ámbitos de la política y la economía, las reformas impulsadas por el despotismo ilustrado a finales del reinado de Fernando VI y durante el de su sucesor Carlos III, tenían por objeto reafirmar el dominio efectivo del gobierno de Madrid sobre la sociedad colonial y contener o frenar el ascenso de las élites criollas.
Las autoridades españolas sometieron a una explotación más sistemática y profunda de las colonias, procurando además, fortalecer y aumentar la flota de guerra y establecer unidades del ejército regular español en las diversas regiones de América.
En la Nueva España, lo que hoy es México, en el ámbito de los colegios de la Compañía de Jesús, vemos surgir un importante grupo de científicos y filósofos ilustrados, encabezados por José Rafael Campoy.
Estos defienden una clara separación entre la filosofía y las ciencias naturales, una mayor especialización en el estudio científico y una simplificación en el método de la enseñanza filosófica, evitando las sutilezas silogísticas, así como la sumisión incondicional a las autoridades.
En este grupo de pensadores que trabaja principalmente en la Ciudad de México, Tepotzotlán, Guadalajara y Valladolid (Morelia), destacan:
- El historiador Francisco Javier Clavijero, que emplea un método histórico sistemático y sorprendentemente moderno.
- El filósofo Andrés de Guevara y Basoazábal, que se basa en Bacon, Descartes y los sensistas para plantear la necesidad de una filosofía moderna, justificar el método inductivo y experimental, y denunciar el abuso del método deductivo.
- El crítico de la escolástica Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, defensor de la ciencia y de la modernidad, cuyo eclecticismo ilustrado está principalmente regido por los valores del buen sentido, la racionalidad, la tolerancia y la utilidad para el hombre.
En el sur del continente, el pensamiento ilustrado tuvo un primer gran empuje en la Real Audiencia de Quito mediante la llamada Escuela de la Concordia, fundada en la ciudad de Quito por el Dr. Eugenio Espejo y a la cual pertenecían nobles de la élite criolla y profesionales mestizos.
Los pensamientos y debates surgidos en la Escuela de la Concordia plantaron las primeras semillas de nacionalismo e independencia de Sudamérica, ya que de a partir de varios sucesos ocurridos con sus diferentes miembros, la ilustración se propagaría hacia el resto de territorios de los virreinatos de Nueva Granada y Perú.
La Ilustración – Siglo de las Luces | Reportaje Fotográfico